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Dos Mapas antiguos del Maule

Mapa del Siglo XVIII

Depositado en la Sala Medina de la Biblioteca Nacional, el "Plano de la Doctrina de la Isla de Maule y demás comprendidas desde el río de este nombre al Itata", datado hacia el siglo XVIII, es una representación -incompleta- de las hoyas hidrográficas y comarcas aledañas. Esta pieza puede ser complementada con el "Plano de el Partido de Cauquenes con anotaciones de las partes y lugares principales de él, y señalamiento de las situaciones oportunas para la erección de capillas", que contiene valiosa información sobre el poblamiento rural y un inédito "modelo de capillas para la campaña". El "Plano de la Doctrina" es una interesante fuente cartográfica para evaluar "el frente misionero" en la región maulina en el siglo XVIII y confirmar -compulsando documentación histórica- su significado en la génesis de asientos poblacionales que perduran hasta hoy.

Los centros poblados se reducen a la ciudad de Chillán y el fuerte o "Plaza de Tucapel" en el nacimiento del río Laja. Un amplio rectángulo señala la "situación para la nueva Población de la Villa San Amnbrosio de Vallenar", que efectivamente sería fundada en 1794. El principal centro evangelizador fue la capilla de Putagán, construida con posterioridad a 1680. A fines del periodo colonial sería trasladada a la estancia de Abranquil, motivando el levantamiento del pueblo de Yerbas Buenas.

En 1771 fue creada la parroquia y doctrina de Parral por iniciativa del obispo de Concepción Fray Pedro Angel Espiñeira. La fundación oficial de la villa fue concretada por don Ambrosio O'Higgins "proyectada en las cercanías de la Iglesia de la doctrina de Parral, Partido de la Isla del Maule (1795). El cura doctrinero Bernardo Barriga donó 50 cuadras que fueron distribuidas y edificadas por los vecinos. Desde el siglo XVII la Compañía de Jesús estaba posesionada de la Hacienda Longaví donde había erigido un convento y su iglesia, aquí señalada con el status de capilla. En la carta figuran además las doctrinas de Pemuil y Birquia y las capillas de Rauquén, Yerba Buena, Cocharca y Loncomilla. Esta última era sede de las antiguas doctrinas de Putagán y Purapel.

Aunque la agrupación vecinal en torno a edificaciones eclesiales fue espontánea, hubo esfuerzos de las autoridades para atraer a los indios y mestizos e incluso "gente principal". Los objetivos primarios eran, disciplinar la vida espiritual, controlar racialmente a los residentes y evitar el vagabundaje, que, fatalmente, derivaba en el bandolerismo. Esta dinámica operó en el Reino de Chile, acorde con una política válida para todo el Imperio Español en América.

Mapa Regional de 1940

Esta visión cartográfica, inserta en un atlas escolar - a juzgar por la diagramación y policromía- corresponde a la década de 1940.

Un examen somero nos demuestra deficiencias recurrentes en un material de difusión masiva. El relieve costero es un sombreado difuso y el complejo lacustre de Vichuquén - Boyeruca no tiene conexión con el mar. La toponimia denota falencias y una vaga jerarquización en "ciudad menor, pueblo, aldea". Curiosamente no aparece Pelarco...pero destaca el "Resguardo de los Queñes".

Considerando la fecha de publicación del mapa, la red comunicacional está lograda con notable precisión, esquematizada en "caminos de primera clase", "caminos de segunda clase" y "senderos y huellas" y su prolongación en el tráfico trasandino. El trazado de los ramales ferrocarrileros se complementa con todas las estaciones y paraderos; dato interesante que no figura en fuentes coetáneas y ahora revalorizado en investigaciones históricas.